

El comportamiento de los padres en la banda tiene un impacto significativo en cómo los niños perciben y experimentan los deportes juveniles. Un comportamiento de apoyo, tranquilo y alentador ayuda a los niños a sentirse seguros y confiados, mientras que las reacciones negativas o demasiado intensas pueden obstaculizar el rendimiento y reducir el disfrute. Los estudios indican que la presión excesiva de los padres es uno de los principales factores que contribuyen a que los niños abandonen los deportes organizados a una edad temprana. Cuando la banda se convierte en una fuente de estrés en lugar de apoyo, los niños pueden asociar el fútbol con la ansiedad en lugar del crecimiento y la alegría.
El comportamiento de apoyo en la banda enfatiza el refuerzo positivo y el aliento incondicional. Incluye animar el esfuerzo, celebrar el trabajo en equipo y mantener una comunicación tranquila y amigable. El apoyo se ve así:
Por el contrario, la presión se manifiesta en comportamientos como dar instrucciones tácticas constantes, mostrar frustración ante los errores o centrarse únicamente en ganar. Estas acciones, incluso cuando no son intencionadas, pueden desviar la atención del niño del aprendizaje y la diversión al rendimiento y al miedo al fracaso.
Los padres juegan un papel fundamental en la configuración del ambiente del fútbol juvenil. Aquí hay formas prácticas de ser una presencia de apoyo:

La presión constante puede llevar al agotamiento y a la pérdida de interés, incluso en niños que muestran un gran potencial. El objetivo a largo plazo es fomentar el amor por el juego, no fabricar un éxito a corto plazo. En We Make Footballers priorizamos el desarrollo estructurado de habilidades a través de una filosofía de “Practice makes Permanent” (La práctica hace al maestro), impartida en un entorno divertido e inclusivo para niños de 4 a 12 años.
Su metodología, basada en el modelo de los cuatro pilares de la FA (Federación Inglesa de Fútbol), promueve el desarrollo físico, técnico, psicológico y social, garantizando que cada niño crezca de forma integral. Los grupos de entrenamiento son intencionalmente pequeños (no más de 10 niños por entrenador) para brindar atención individual y reducir la ansiedad relacionada con el rendimiento.
Los padres deben ver los deportes juveniles como una base para hábitos y valores de por vida. Si bien algunos jugadores pueden eventualmente unirse a programas competitivos, el objetivo principal es inculcar confianza, trabajo en equipo y perseverancia. Los entrenadores de We Make Footballers enfatizan el crecimiento, el disfrute y el desarrollo del carácter por encima de los resultados.
Al centrarse en el desarrollo a largo plazo en lugar de en los resultados inmediatos, los padres ayudan a fomentar una relación sana y sostenible entre los niños y los deportes.
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